sábado, 26 de enero de 2008

DUDAMEL Y LA ORQUESTA SIMÓN BOLIVAR

Ya sabéis que yo soy siempre el primero en criticar todo lo que hace Chávez allá por las Venezuelas, siempre tratando de coartar las libertades de los venezolanos. Pero hoy toca hablar de Venezuela con una sonrisa en la cara.
Y es que ayer tuve la suerte, junto con unos cuantos amigos, de acudir a un concierto divertidísimo en el auditorio. La Jóven Orquesta Sinfónica Simón Bolivar de Venezuela dirigida por el maestro Dudamel interpretó La Consagración de la Primavera, de mi dios particular, Stravinsky, y la Sinfonía nº 5 de mi querido Tchaikovsky. Fueron valientes, abordaron esas dos obrazas con fuerza, con rapidez cuando se exigía, con ímpetu y casi con voracidad en ciertas partes, lo cual se agradece, porque últimamente, en algunas orquestas, se tiende a ser demasiado conservador y tímido a la hora de ponerle fuerza a ciertas obras.
Lo hicieron muy bien, más allá de los típicos gazapillos que cualquier orquesta puede tener.
Pero, además, fue de las pocas veces en las que he visto a un auditorio cerca de los tres cuartos de entrada, aplaudiendo sin cesar, gritando bravos, y casi bailando con los ritmos americanos que tuvieron a bien deleitarnos en los bises.
Todavía me duelen las manos de aplaudir, pero sin duda, es algo que recibo con alegría, porque, como ayer le decía a un amigo clarinetista cuando terminaron la Consagración, "son estas cosas las que de verdad me hacen sentir vivo".
Un saludo a todos, y espero veros en el próximo concierto.

1 comentario:

Artur dijo...

Y qué 3 propinazas... estuvieron impresionantes!