lunes, 31 de marzo de 2008

UNA FOTO COLGADA EN LA PARED

Hace un momento he tenido una conversación con una amiga, y hemos hablado de las preguntas que nos hacemos a nosotros mismos. Me ha gustado una: ¿tendrá alguien una foto mía colgada en la pared?
Ya sea como objeto de secreto deseo, ya sea como recuerdo de un amor pasado, o simplemente una foto con unos amigos, o la foto de una orla.
Es una pregunta interesante. Alguien, a buen seguro, tiene en su pared una foto en la que, entre otros, estoy yo. Puede que no me haya visto desde hace años, pero un día mirará la foto y se acordará de aquel chico de Valladolid. Yo lo hago. ¿es quizás una excusa más para dar rienda suelta a la nostalgia? ¿Es una prueba más de que somos seres melancólicos, que miramos al pasado y añoramos lo que fuimos, porque a lo mejor no sabemos lo que somos?
Aun así, es posible que reconforte la idea de que alguien mire una foto colgada en la pared de su habitación y te recuerde. No sirve de nada, lo sé. Pero me reconforta. Seguramente sea más nostálgico y melancólico de lo que yo creía.
Posiblemente.

lunes, 17 de marzo de 2008

QUÉ CHISPA TIENEN ALGUNOS


Algunos os estaréis preguntando ¿qué pasa contigo tío, que no te metes con los curas por lo de los nuevos pecados? Estaba esperando. Suponía que podía tratarse de una inocentada. Deseaba que no fuera cierto, que fuera una macabra broma de estas gentes, tan dadas al sentido del humor un tanto tétrico.
Pero no. No era broma. Nuestros querido amigo el Papa Benedicto XVI ha dicho que ser rico a costa de otros es pecado. He esperado un tiempo para ver si cambiaba de opinión. Pero ha llegado el momento de explayarme en mis críticas.
¿Se les ha ido la pinza? No es que me queje por su iuncongruencia, como se puede ver en la foto, con ese adorable ancianito persigue herejes vestido con su propio peso en oro, plata y telas carísimas. Es que esta gente sale cada dos por tres diciendo que hay que luchar contra la pobreza en el mundo.
Y yo digo... con lo que cuesta solo uno de los anillos que se pone este señor, podría financiar un programa de construcción de hoispitales, o un sistema de riego, o vacunas para medio país en África.
Yo, si fuera católico, me sentiría indignado. No es justo que estos señores representen la herencia de un tipo tan majo como Jesús. Para una vez que dicen algo bueno, como lo de que ser rico A COSTA DE LOS DEMÁS, es pecado, ellos no hacen ni puñetero caso.
Y luego piden que no se ayude a Amnistía Internacional por considerarles pro-abortistas.
Qué chispa tienen algunos.

lunes, 10 de marzo de 2008

GANAN LAS BUENAS MANERAS

Si tuviera que hacer un titular, sería ese: "Ganan las buenas maneras".
A pesar de que tenemos cosas de que lamentarnos (la tendencia cada vez mayor al bipartidismo, o que solo se ha llegado al 70 y poco por ciento de participación), para variar, hoy me voy a quedar con lo bueno.

Siempre he defendido que en política cuentan tanto las maneras como los contenidos. No solo hay que hacer buenas cosas, sino que hay que saber hacerlas con estilo.
Seguramente ninguno de los habituales me negaréis que el contraste entre las maneras de Zapatero y las de Rajoy es algo evidente, grande, tremendo.
Muchos me cuentan que creen que Rajoy es un tipo valioso, un buen político con un buen estilo. No lo dudo. Es posible que tenga unas buenas maneras de hacer política. Pero estos cuatro años no las ha usado. Las razones, las dejo a vuestra elección.
Ha perdido el insulto, la mentira, la difamación, la cara dura, etc. Han perdido éstos que dicen una mentira y la repiten una y otra vez hasta que algunos creen que es verdad. Han perdido Pedro J., Federico, César Vidal, y toda la panda de pseudoperiodistas que quieren manejar el politiqueo con titulares fáciles, directos, y perniciosos.
Creo que he contribuído a que esa gente haya perdido, y estoy orgulloso de ello. Creo que, aunque tenga cosas malas (que las tiene seguro), Zapatero es capaz de hablar sin insultar, de dialogar en vez de imponer, de mirar con respeto a cualquiera. Eso es lo que ha ganado. Y es de las pocas ocasiones en las que me siento orgulloso por algo que ha ocurrido en este Estado, que algunos llaman nación, otros nación de naciones, y otros Gran Nación. Yo no sé si somos o no nación, no se si somos parecidos como para considerarnos paisanos. Pero desde luego, si tener en común que nos gusta la moderación frente a la desfachatez es algo en lo que se fundamenta una supuesta identidad común, yo me apunto a eso.
Un saludo, y enhorabuena.