Mucha gente se pregunta por qué quiero hacer algún día periodismo, qué me atrae de esa profesión hoy día tan corrompida y que nos produce tanto asco, viendo a los payasos de la tele (los malos, no los graciosos) continuar con el circo mediático de sandeces y chorradas acompasadas de adoctrinamiento político e intereses empresariales. Yo les respondo que a mí me atrae otro periodismo, el de la opinión libre y mordaz, el del análisis de la información y el de la tertulia y los debates, el de adelantarse en algunos casos a la realidad, pero siempre respetando los hechos. En resumen, el gran periodismo, el de antaño, el que hoy casi no existe, el que añade un tono de sarcasmo y de genialidad artística a la simple información de teletipos. El de los grandes periodistas.
Hoy ha muerto uno de los grandes. Hoy, queda un espacio vacío para que en el futuro, verdaderos periodistas, con inquietudes y sin pelos en la lengua, con respeto pero con una pizca de temeridad, ocupen su lugar. Carlos Llamas, zamorano, director de Hora 25, en la Cadena SER, ha muerto hoy a los 52 años de cancer de pulmón. El humo que daba ese toque áspero a su voz, le ha matado, y nos hemos quedado un poco más huérfanos del buen periodismo.
Perdonadme por ser tan trágico hoy, y por esta especie de gran epitafio, pero es que, desde el año 92 , ese año de las Olimpiadas, yo me aficioné a la radio, y algún tiempo después solía acostarme todos los días oyendo la voz de este gran periodista. Yo le echaré de menos, espero que su recuerdo no desaparezca entre la mierda de los nuevos adoctrinadores mediáticos, o como se hacen llamar ahora, "periodistas".
jueves, 4 de octubre de 2007
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