domingo, 3 de junio de 2007

EL ENTE, LA ESENCIA Y EL SOFÁ

Teniendo en cuenta el desvarío producido por los periodos intermitentes de estudio, o al menos de intento de comprensión del morrocotudo y monumental lío del ente y la esencia de Tomasillo de Aquino, pido disculpas anticipadas por la poca gracia que pueda tener este comentario, pero es que estoy hasta el gorro.
Después de darle vueltas y más vueltas, buscar explicaciones por internet, leer y releer a Copleston, a Gilson, y a toda la tropa en general que ha intentado explicar el susodicho problemilla de las esencias, he llegado a dos conclusiones: la primera, y muy importante, es que si cae este problemilla en el examen de filosofía medieval, más de uno va a acordarse de toda la familia de Tomás de Aquino, de la orden de los dominicos, de Avicena, Averroes, san Buenaventura, san Agustín, y el plantel completo de convocados para el partidillo medieval; la segunda, que es una curiosa manía intermitente pero medianamente consistente eso de dar vueltas a la idea de si soy esencia, que si soy ente, que si qué es un universal, que si por qué no soy capaz de comprender a mi novia porque no he aprehendido el universal abstracto de las relaciones amorosas, etc.
No se a vosotros, pero a mi, después de ver la cantidad de problemas insustanciales, sin solución, pero divertidos, que se encuentran por ahí, como el qué es la felicidad, si el sexo es solo un acto comunicativo o tiene algún sentido más, o el problema de la mezcla de café colombiano y café árabe para obtener un sabor profundo y oscuro... ¿quién quiere debatir el ente y la esencia? ¿en qué retorcida mente medieval se oculta el deseo totalmente malévolo de jeringar la existencia de los estudiantes de filosofía con semejante tropelía laberíntica de escolástica?
Así que después de indignarme un poco y escribir esto, creo que voy al sofá a ver la carrera de motos en la tele y comer unas olivas con un refresco helado, esperar la hora de comer, y dejar mi mente en blanco para poder afrontar con resignación otra dura sesión de metafísica tomista...
Un saludo a todos, y ánimo, que seguro que esto pasará pronto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno, otro blog mas, de este si q no manejo el tema, asi q mi opinion al respecto de lo q tratas sigue siendo la misma q desde hace dos años... pasando del tema, se lo dejo a quienes les interese pero, porqué discutir sobre ente y esencia pudiendo hacer otra gran cantidad de cosas provechosas? en realidad mi gran duda es: porqué discutir acerca de todas esas cosas q en mi opinion no van a llegar a ninguna parte y q van a dejar el mundo igual despues?... Cris

Anónimo dijo...

No me lo creo, no me lo creo...
Acabo de leer hoy mismo las dos hojas (pues no son más, Sanz, apenas dos hojas) del Ente et Essentia y ¡lo he pillado! ¡Pero si es una chorrada! Pista para todos los que queráis entenderlo tan bien como yo: olvidad absolutamente todo lo que ha dicho Lorenzo. Ahí está la clave, amigos.
En cuanto al comentario de Cris (no sé quién eres, pero me permitirás que te conteste), sí, es verdad, estas cosas no van a ninguna parte y no van a cambiar el mundo. Pero eso mismo ocurre con la mayoría de las cosas; y de las restantes, las que sí lo cambian, tres cuartas partes lo dejan peor.
Y qué quieres que te diga, a un servidor le interesa las chorradas que se han dicho en la historia (si no de qué iba a estar en esta carrera absurda).
¡Un saludo!

Unknown dijo...

No, si yo seguro que lo acabo entendiendo algún día, además, para eso tenemos a Copleston, para que nos ayude un poquito.
Y si, Gascón está en lo cierto, estamos estudiando cosas que se han dicho en la historia, y vueltas y vueltas sobre lo mismo. Eso en la superficie me irrita, pero en el fondo es lo que más me gusta de la carrera, darle vueltas a algo sin esperar que sirva para nada útil.
Pero que quieres que le haga, me sigue pesando mi corazoncito utilitarista...

Anónimo dijo...

YA tengo el 1er tomo de HªFª de Copleston. SOlo me quedan unos cuantos a 25 euros el morlaco. Y Cuando lo lea pos os alcanzaré. Cris, Cris, Cris, amí me encanta que Gascón y Sanz y Roebrspierre y quien se sume hable y reflexionen de estas cosas, mejor que el 99,9999% restantes que conoce un ciudadano medio. Sea.