He leído la noticia de que la Unión Europea considera la opción de enviar un conjunto de tropas internacionales a Gaza si así lo requieren israelíes, palestinos y egipcios.
A mi me da la impresión de que es demasiado tarde. Y no me refiero con esto a que se debía haber enviado antes una fuerza militar. No soy muy propenso a estar de acuerdo con enviar militares por doquier. Para lo que es tarde es para soplucionar el problema palestino.
Ya no sólo el problema lo tiene Israel con Palestina, sino que se ha ido dejando que la presión que se ha ejercido en palestina, sobre todo en Gaza, engordar y estallara en una guerra civil. Ójala me equivoque, y no se produzca una guerra entre palestinos, pero todos los augurios son malos. Y la culpa no es toda suya. Vivir, o mejor dicho, malvivir en una franja de tierra diminuta, hacinados algún que otro millón de personas (no conozco exáctamente las cifras), si más frontera con el exterior que un paso vigilado constantemente por las tropas del ocupante enemigo no es una situación como para esperar que crezcan tulipanes y que el amor se sobreponga al miedo y al conflicto.
Y todo esto sin tener en cuenta ataques israelíes en represalia por los atentados suicidas. Esto, para que nos imaginemos, en una situación grotéscamente hipotética, sería como si el ejército español, en represalia por un atentado de ETA, bombardeara el centro de San Sebastián. Todos lo veríamos como una auténtica salvajada, y nos daríamos cuenta que pagan justos por pecadores. Pero en este caso, Israel se sale con la suya, como siempre, y hace lo que le viene en gana.
Si a esta lamentable situación en Gaza añadimos los conflictos en la ciudad de Jerusalén, la ocupación de los territorios palestinos de Cisjordania, el conflicto aún abierto entre Siria e Israel por el control de los altos del Golán, y los indiscrimiados bombardeos sobre los campos de refugiados palestinops en el Líbano, no podemos esperar que el castigadísimo pueblo palestino se rehaga de sus cenizas con sosiego, paz y armonía.
Llegamos tarde en todos los sentidos.
A mi me da la impresión de que es demasiado tarde. Y no me refiero con esto a que se debía haber enviado antes una fuerza militar. No soy muy propenso a estar de acuerdo con enviar militares por doquier. Para lo que es tarde es para soplucionar el problema palestino.
Ya no sólo el problema lo tiene Israel con Palestina, sino que se ha ido dejando que la presión que se ha ejercido en palestina, sobre todo en Gaza, engordar y estallara en una guerra civil. Ójala me equivoque, y no se produzca una guerra entre palestinos, pero todos los augurios son malos. Y la culpa no es toda suya. Vivir, o mejor dicho, malvivir en una franja de tierra diminuta, hacinados algún que otro millón de personas (no conozco exáctamente las cifras), si más frontera con el exterior que un paso vigilado constantemente por las tropas del ocupante enemigo no es una situación como para esperar que crezcan tulipanes y que el amor se sobreponga al miedo y al conflicto.
Y todo esto sin tener en cuenta ataques israelíes en represalia por los atentados suicidas. Esto, para que nos imaginemos, en una situación grotéscamente hipotética, sería como si el ejército español, en represalia por un atentado de ETA, bombardeara el centro de San Sebastián. Todos lo veríamos como una auténtica salvajada, y nos daríamos cuenta que pagan justos por pecadores. Pero en este caso, Israel se sale con la suya, como siempre, y hace lo que le viene en gana.
Si a esta lamentable situación en Gaza añadimos los conflictos en la ciudad de Jerusalén, la ocupación de los territorios palestinos de Cisjordania, el conflicto aún abierto entre Siria e Israel por el control de los altos del Golán, y los indiscrimiados bombardeos sobre los campos de refugiados palestinops en el Líbano, no podemos esperar que el castigadísimo pueblo palestino se rehaga de sus cenizas con sosiego, paz y armonía.
Llegamos tarde en todos los sentidos.
2 comentarios:
La verdad, yo también soy cada vez menos partidario de las intervenciones de los cascos azules, aunque en algunos casos, como en éste o el de Sudán, reconozco que siento la tentación...
De cualquier forma, sé que en el conflicto palestino se podrían haber intentado ya miles de soluciones que se han desaprovechado. Por ejemplo, cuando Israel bombardeó el Líbano y se cargó a cuatro observadores de la ONU, lo mínimo que se podía esperar del Consejo de Seguridad era una condena firme, ¿no creéis? Pues no, gracias al maravilloso veto de EEUU lo único que se dijo es que "lo lamentaban" (igual que cuando yo rompo sin querer un vaso, vamos, la misma trascendencia). Esto demuestra que la ONU no se ha puesto firme desde el principio, que Israel ha ignorado repetidamente sus resoluciones y no ha pasado nada. Y, claro, hoy ocurre lo que ocurre. Y más que ocurrirá mañana.
Hasta que llegue el día (y antes o después llegará) en que un libanés de Hezbollah o un palestino de Hamás consiga llegar hasta Europa y hacer estallar su cinturón de explosivos, digamos, por ejemplo, en un teatro concurrido de Madrid. ¿Y sabéis qué? No le culparé. Es jodido pero es así. Y quien crea que soy cínico que se informe de las condiciones en que viven esas personas en los campos (mientras el resto del mundo, es decir, nosotros, seguimos viendo a la Pantoja por la tele bien repantingados en el sillón).
Sin duda, estoy de acuerdo en lo que comentas. Además, hay que incidir en una cosa que has señalado: la pasividad de la ONU. Mientras Israel invadía los países árabes de su alrededor, y éstos pedían ayuda a la ONU, ninguno de los pesos fuertes de la misma hizo nada, no movieron ni un dedo. Sin embargo, en la guerra del Yom Kipur (creo que se escribía así), en la que los países árabes invadieron Israel, la ONU envió cascos azules inmediatamente para defender al estado israelí. Esta muestra de arbnitrariedad y de parcialidad supuso la crisis de principios de los 70, porque los países árabes decidieron, como represalia por este desplante de la ONU, subir el precio del petróleo.
¿Y alguien se sorprende de la actitud de mucha población de estos países hacia occidente?
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